Micky Paiano y Vitxo Bilbao (AVEfest): “El alma de este festival son las personas voluntarias”
El gaztetxe Sastraka de Portugalete acoge este fin de semana la 6ª edición del AVEfest. Cada año, para recaudar fondos para un santuario, forman un cartel con conciertos, tatto circus, talleres, conferencias, exposiciones y otras actividades, todo ello en una escena punk y en un ambiente inmejorable. Charlamos con dos de las tres organizadoras que se encargan del festival desde 2016, Micky Paiano y Vitxo Bilbao.
¿Cuándo y por qué nació el festival AVEfest?
Vitxo: La idea la tuvimos a principios de la década de los 2010. Nosotros nos dedicamos a la música y siempre estamos organizando conciertos, pero queríamos hacer algo para ayudar a los animales no humanos. Entonces, una vez, andando por la calle San Francisco con unos colegas, juntamos ambas ideas y así fue cogiendo forma el proyecto del AVEfest. Ese fue el germen de la idea, pero no se hizo realidad hasta cuatro o cinco años después, en 2016, cuando organizamos el primer festival.
¿Su nombre tiene un significado especial?
Micky: Desde el principio ha sido el festival AVE, que juega con la simbología del ave fénix, pero, a la vez, son siglas que reflejan la identidad del festival: A por el anarquismo, V por el veganismo y E por igualdad (equality).
¿Qué podemos encontrar en AVEfest? ¿Ha cambiado la programación desde las primeras ediciones?
Vitxo: Podéis ver toda la programación en el cartel, pero lo más potente sueles ser los conciertos; nunca repetimos grupo. El tattoo circus también ha estado desde las primeras ediciones. Además, tratamos de incluir conferencias, exposiciones de arte, proyecciones, etc. Este año, por ejemplo, tendremos una exposición de trajes de drag queen, un taller de baile de swing y otro de elaboración de fanzines colectivos. En las primeras ediciones, organizábamos un programa de un solo día, pero queremos incluir tantas cosas, que en las últimas ediciones hemos empezado a ofrecer dos días.
Micky: ¡Porque estamos locas! (risas)
Vitxo: Es una locura organizar un festival de estas características entre tres personas, pero lo conseguimos gracias a las voluntarias. En cada edición, hacen turno alrededor de 60 o 70 personas, pero no sólo eso, sino que también hay muchos otros trabajos voluntarios. Por poner algunos ejemplos, las pastelerías nos traen postres para vender y los grupos nos dan merchandising gratis para poner un puesto.
Micky: Las personas voluntarias son el alma de este festival. Algunas vienen de lejos; desde Burgos, desde Madrid… y no nos piden nada a cambio, ni el técnico de sonido, ni las ponentes, ni los grupos, ni los cocineros, ni nadie. Nosotras les ofrecemos el máximo de facilidades, alojamiento y gastos de transporte, pero muchos no quieren recibir ese dinero, entienden que el objetivo de este festival es recaudar fondos para los animales que viven en un santuario.
¿Ese es el único objetivo del festival AVEfest?
Vitxo: Sí, recaudar la mayor cantidad posible para el santuario elegido cada año. No creo que hagamos una labor de concienciación; las personas que vienen por militancia ya están concienciadas, y las demás vienen simplemente por la música. No queremos dar la chapa, solo dinero (risas).
Micky: A pesar de todo, intentamos organizar charlas, sobre todo, dirigidas a las personas antiespecistas. En otras ediciones, hemos contado con la filósofa feminista Catia Faria, con la presentación del libro del fotoperiodista Aitor Garmendia… Este año no hemos conseguido ninguna conferencia, pero lo hemos intentado. Es interesante de cara a gente a la que quizás no le llame una charla vegana, pero que se acerque a los conciertos o al tattoo circus y llegue al antiespecismo de forma inesperada.
El año pasado superasteis un aforo de 500 personas. ¿Cómo han evolucionado el AVEfest desde que nació?
Vitxo: El número de personas depende de los conciertos, no de la organización, pero es cierto que con los años vamos aprendiendo y vamos viendo lo que funciona y lo que no. Este año, por ejemplo, hemos creado comisiones nuevas para quitar peso a las organizadoras. También hemos observado que teníamos que introducir alguna actividad infantil y hemos programado la proyección de la película Okja.
Micky: También damos mucha importancia a la interseccionalidad, para nosotras es muy importante tener grupos con mujeres, y este año nos ha costado conseguirlos. En comparación con los hombres, en el mundo de la música somos menos. En AVEfest intentamos que haya al menos una mujer en cada grupo, nos parece imprescindible visibilizar su trabajo, pero no es más que un ideal. Encontramos algunos grupos con mujeres, pero tienen que venir, tener ganas de tocar gratis, y la mayoría, tienen que venir de lejos. Eso supone que queda menos dinero para el santuario, por lo que tenemos que decidir.
Damos mucha importancia a la interseccionalidad, para nosotras es muy importante tener grupos con mujeres
Micky: También damos mucha importancia a la interseccionalidad, para nosotras es muy importante tener grupos con mujeres, y este año nos ha costado conseguirlos. En comparación con los hombres, en el mundo de la música somos menos. En AVEfest intentamos que haya al menos una mujer en cada grupo, nos parece imprescindible visibilizar su trabajo, pero no es más que un ideal. Encontramos algunos grupos con mujeres, pero tienen que venir, tener ganas de tocar gratis, y la mayoría, tienen que venir de lejos. Eso supone que queda menos dinero para el santuario, por lo que tenemos que decidir.
¿En función de qué escogéis el santuario al que queréis donar cada edición?
Micky: Es muy difícil escoger uno solo que haya tenido algún problema puntual, pero a uno al que no se le ha roto el vallado, al otro lo quieren desalojar… El escogido este año, León Vegano, tiene que ampliar el vallado porque con el actual se le escapan los animales, con los problemas que genera en el vecindario y el riesgo que supone en una zona de cazadores.
Vitxo: Nuestra aportación es muy humilde. Sabemos que los santuarios son un agujero sin fondo, pero también creemos que cada granito cuenta. La primera edición recaudamos solamente 700 euros, pero el año pasado, gracias a los grupos, conseguimos donar 4.000. Algún año también ha sido bueno gracias a las tatuadoras, pero una vez al año es un ingreso pequeño para un santuario que funciona sin parar. Aún así seguimos con ilusión, aportando lo que podemos a la causa.